En Hernán Pérez, una comunidad de energía solar da nueva vida al corazón rural de España

Date
November 4, 2025
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En el corazón de Extremadura, rodeado de olivares y colinas tranquilas, se encuentra Hernán Pérez, un pequeño pueblo de 411 habitantes, que refleja gran parte de la historia de la España rural. Es una mañana soleada cuando Pau Borredá de LONGi Solar camina por las serenas calles, casas de piedra calentadas por la primera luz, el aire perfumado de aceitunas y tierra. En días como éste, Hernán Pérez se siente atemporal, ajeno a la prisa. Sin embargo, bajo esta quieta belleza, se desvela una nueva historia. Es una historia de luz solar, resistencia y una comunidad que se niega a desaparecer.
Lo que empezó como una idea sencilla, alimentar con energía solar la cooperativa de aceite de oliva de la localidad, se ha convertido en un punto de inflexión para todo un pueblo, un símbolo de cómo la innovación puede arraigarse incluso en los rincones más remotos de la España vacía.
Pau toma asiento entre la gente de Hernán Pérez. Quiere escuchar: sus historias, sus recuerdos, sus esperanzas quietas. Quiere entender qué los une a esta tierra. En una región a menudo mencionada como parte de la España vacía (Empty Spain), donde la población envejece y los jóvenes migran hacia las ciudades, las voces que quedan llevan algo raro: orgullo, calidez y un profundo sentido de pertenencia. Cuando se les pregunta qué define su hogar, responden sin dudarlo: hospitalidad, unidad, convivencia.
Es este sentimiento de cohesión lo que define la iniciativa más reciente del pueblo, una que transforma la luz del sol en energía y esperanza.
La energía solar impulsa la tradición a través de la tecnología y aporta nueva confianza a Hernán Pérez
En el centro de la historia está la cooperativa de aceite de oliva, el latido del pueblo y su principal empleador. En su azotea, una instalación solar de 100 kWp brilla bajo el cielo del sur, construida con los últimos módulos de contacto trasero de LONGi de la serie Hi-MO X10. Más de 150 paneles, cada uno con una potencia de hasta 650 vatios, convierten silenciosamente la luz solar en la energía que mantiene en funcionamiento Hernán Pérez.
La instalación fue una decisión cuidadosamente planificada por el Ayuntamiento de Hernán Pérez, que obtuvo financiación del Consejo Provincial de Cáceres. El programa cubrió el 85 por ciento del costo total, lo que hizo que el proyecto fuera no solo visionario sino financieramente viable para una pequeña comunidad rural.
El sistema genera ahora alrededor de 130.000 kWh de energía limpia al año, compensando gran parte de la electricidad utilizada por los servicios públicos, la cooperativa de aceite de oliva y, lo más importante, los residentes de Hernán Pérez. El diseño de células con contacto trasero elimina las barras colectoras frontales, reduce las pérdidas por sombreado y previene puntos calientes, una ventaja especialmente relevante para techos industriales en climas del sur.
“Queríamos los mejores materiales”, dice Pablo Iglesias Ordóñez, alcalde del ayuntamiento, “porque esto es una inversión para décadas. Trae ahorros para el ayuntamiento, la cooperativa y, en última instancia, para cada residente.”
Antonio Esperilla González, de Emececuadrado Group, explicó la decisión detrás de la elección de la tecnología de contacto trasero: “En Emececuadrado Group, siempre hemos elegido marcas pioneras y de gran reputación, como LONGi en este caso. Su tecnología de contacto trasero previene el sombreado y los problemas relacionados. A nivel de celda, este diseño nos ayuda a evitar puntos calientes porque la corriente se mueve de manera más eficiente entre las celdas, lo que aumenta significativamente la producción de energía.”
La energía solar se convierte en un proyecto comunitario, que enlaza educación, cultura y progreso sostenible en el pueblo
La instalación solar rápidamente se ha convertido en parte de la identidad del pueblo. En el albergue del campamento de Forest School, los niños locales hablan sobre la energía renovable y el medio ambiente como conceptos que ya no resultan abstractos, sino visibles justo fuera de sus ventanas. “Comprenden que el sol está ahí, debe ser utilizado”, dice Willy, el director del campamento.
En el centro de interpretación, alojado en un antiguo molino de aceite restaurado, eventos culturales y turismo local destacan cómo coexisten la tradición y la innovación. El pueblo quiere que la gente vea a qué se debe la región: su historia con el aceite de oliva, pero también cómo se está preparando para el future.
La concejala de servicios sociales, Marta, llama al proyecto “un éxito”, no solo porque reduce las facturas de electricidad, sino porque recuerda a los vecinos que el progreso aún es posible aquí.
Una chispa en la España vacía y motor de la resiliencia local
La despoblación rural sigue siendo uno de los retos definitorios de España. Según la Fundación “la Caixa”, casi la mitad de los municipios españoles tienen menos de 1.000 habitantes, y muchos se enfrentan a una “desertificación demográfica” en la que la densidad de población cae por debajo de 8 habitantes por km². En regiones como Extremadura, este patrón se ve especialmente claro: escuelas que se cierran, menos empleos, inversión pública en descenso.
Sin embargo, proyectos como el de Hernán Pérez muestran que la historia no tiene por qué terminar en declive. La energía renovable ofrece un camino práctico hacia la resiliencia local: reducir costos, crear empleos técnicos y hacer que los pueblos sean más atractivos tanto para residentes como para visitantes.
La matriz solar en el techo de la cooperativa puede parecer modesta en comparación con los megaproyectos urbanos, pero su significado es profundo. Demuestra que incluso comunidades pequeñas pueden desempeñar un papel activo en la transición energética de España.
También apunta al potencial de las comunidades energéticas, modelos colectivos donde residentes, cooperativas y ayuntamientos comparten generación solar. En pueblos como Hernán Pérez, donde la carga eléctrica ya existe a través de la producción local, este tipo de proyectos podría distribuir los beneficios aún más, tal vez incluso animando a familias jóvenes y a emprendedores a volver.
Mientras los visitantes prueban el aceite de oliva en la barra de cata o los niños juegan cerca de Forest School, la energía solar se ha convertido en un símbolo discreto de posibilidad.
Las comunidades energéticas impulsadas por la solar están emergiendo como columna vertebral de las regiones rurales
Para Pau Borredá, la conexión con el pueblo y su gente va más allá de la planificación o ejecución técnica. “No es fácil abandonar un lugar así”, dice. “Porque lo que queda no es solo una instalación fotovoltaica, sino la certeza de que hemos ayudado a este pueblo a mirar hacia el futuro.”
En Hernán Pérez, la historia de la energía solar es también una historia de comunidad, de personas que se niegan a abandonar la tierra que los crió. Del resplandor de los módulos modernos al brillo de las hojas de oliva, la luz del sol ahora da energía no solo a las máquinas, sino a la continuidad, al orgullo y a la creencia de que la España rural aún tiene un horizonte luminoso.
Y tal vez, a medida que pequeños pueblos de toda Europa enfrentan desafíos similares de despoblación y renovación, Hernán Pérez puede convertirse en un ejemplo, mostrando cómo los proyectos de comunidades energéticas locales pueden restablecer la confianza, fortalecer las comunidades e iluminar un camino sostenible hacia el futuro.






